Me ha tomado varios meses terminar el libro “El mundo líquido” del poeta cordobés Antonio Agudelo. Me ha tomado tanto tiempo porque lo he leído dos veces. He vuelto a poemas una y otra vez. No he querido terminarlo, no he querido estar sin su compañía. El agua arrasa con todo a su paso de la misma forma que lo hacen estos poemas. Son una avalancha, un río embravecido que te arrastra a su ribera.
EL FUEGO
Hoy aquella cárcel es esta casa
oculta en su verdad de barro.
Hoy aquí debemos descubrir el fuego,
debemos encontrar el fuego,
para salir al paso y del pasado salir
hacia el encuentro del fuego
que sigue ardiendo en la Luz.
Vieja piedra al edificio nuevo
y leña vieja al nuevo fuego,
porque cuando no es ceniza es la llama,
y la llama es el nuevo fuego del fuego
que nos enciende en más vida y más Luz
mucho más allá de la Luz y del fuego.
Levantar la casa dando a las estrellas,
abierta al camino y el camino abierto
a la montaña, para que el camino y la montaña
vuelvan a casa de camino a las estrellas.
Rehabilitar la vieja y nueva casa,
de esa infinitud de hijos de nuestros hijos,
contigo ahora presentes aquí en la llama.
Hoy levanto la piedra a pie de vuelo
y edifico la casa camino a las estrellas,
cuando la casa se hace huerto de la Rosa,
en el fuego, que sigue ardiendo, en el fuego.
Antonio Agudelo
Poema tomado del libro, “El mundo líquido”, que se puede comprar en versión KINDLE: